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viernes, 23 de septiembre de 2011

Stefan Sweig (Recordando a don Juan Hernández Mora)

Llevo leyendo a Stefan Sweig desde que tenía 16 años. Don Juan Hernández Mora, mi profesor de Literatura durante mis estudios de Bachillerato, nos animaba a leer de todo, de todo lo bueno, se entiende, mediante una especie de subasta de libros en la clase. Una subasta muy sui generis, en la que nada se compraba y nada se apuntaba, sino que él, desde la tarima, agitaba un libro, que tanto podía ser de Ortega y Gasset, como de Unamuno o de algún importante autor extranjero y decía en voz alta:
-          ¡La tía Tula, de Unamuno!
Cuatro o cinco alumnas saltaban de sus pupitres y corrían hacia don Juan gritando:
-          ¡Yo! ¡Yo! ¡Yo!
Entonces don Juan daba precipitadamente el libro a la primera mano que llegaba hasta él. La alumna se lo llevaba, tan feliz, dispuesta a leerlo y a extraer de él frases con las que elaboraba fichas de conceptos, que a final de curso entregaba a don Juan en una hermosa caja de zapatos llena hasta los topes de cartulinas con las ideas más geniales o peregrinas que podían hallarse en aquellos libros de la biblioteca del instituto. Una peculiar metodología, si la juzgamos según criterios pedagógicos actuales.
No obstante, yo le debo a don Juan Hernández Mora el haber conocido desde mi adolescencia a una serie de autores, entre ellos Stefan Sweig, que además de enseñarme muchas cosas, me hicieron disfrutar de la lectura de una forma apasionada, deseando siempre más. Recuerdo las biografías de María Antonieta y de Fouché, leídas a todas horas como se devora una novela de suspense. A lo largo de los años he ido leyendo diversos libros de Stefan Sweig. He hallado en ellos sin excepción aquella fuerza narrativa, aquella misma capacidad de hacer vivir personajes históricos o ficticios y de atraparme desde las primeras líneas. Cada vez que cae en mis manos una obra de Stefan Sweig acude a mi mente el recuerdo de don Juan y pienso en la suerte que tuve de poder leer y disfrutar con aquellos libros tan apasionantes.

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